Era hora ya de bautizar a nuestro nuevo retoño.
Se alista todo para este evento.
El Tata le enseña a anudarse la corbata. El altar tiene flores y velas.
Los invitados están en sus asientos.
Las cosas estaban claras desde hace mucho tiempo.
Que cura queríamos que la bautizara y más importante aún… quienes serían los padrinos. Los escogidos eran Francisca y Juan Pablo.
Pero en el camino surgió algo nuevo. Había una persona que había estado en el nacimiento de Paz, casi tomándole la cabecita, que la había acompañado en sus primeros meses de vida y que ahora estaba más cerca de Dios. Pensándolo así era obvio que tenía que ser madrina de Pacita también.
Así es que Paz, exagerada desde el nacimiento, tendría 3 padrinos. La tercera es su tía más joven, la que la acompañaría de compras y le ensenaría como sacarse a los chicos de encima. Perlita, más conocida por sus sobrinos como la tía Kote.
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