"A los que no se conectan a Messenger, no tienen cuenta en Facebook y no leen el blog familiar o las paginas sociales de El Mercurio, La Tercera y la revista Dato, les quería contar que el sábado 10 de Mayo a las 1:19 AM nació Pacita Pinedo Pérez, una princesita que peso 3.570 y midió 49.5 cm y que decidió salir de un minuto a otro rápidamente.
Lo siguiente es sólo para que lo sigan leyendo las personas sin problemas cardiacos...
Para que se rían de mí… Acá en U.S.A. un tema importante en el parto es si uno tiene el bebé con o sin anestesia. Yo soy valiente, pero no me gusta la tortura así es q siempre supe que quería un parto sin dolor. Con Pablo alcancé a sentirlo y me confirmó esta decisión. El punto fue que como con el primogénito me mandaron de vuelta al hospital porque fui muy pronto y como aun así desde que llegue hasta que nació Pablo estuve mucho rato… esta vez esperé hasta que consideré que el dolor ya me estaba molestando. Relájense. Llegue al hospital, me vieron con toda la calma del mundo… si estaba por buen camino… llegue más avanzada q la primera vez… nos felicitamos con Pedro… Me llevaron a mi habitación de espera y parto. A todo esto era más grande q las de la Clínica Las Condes, con TV, CD, Jacuzzi, pelotas gigantes y de todo para aplicar estrategias para aminorar el dolor o pasar el rato relajada con la epidural. Por supuesto q nosotros llevábamos de todo, incluido el último capítulo de Lost. Pero… las cosas empezaron a avanzar más rápido de lo esperado. Contracción con lágrimas. Contracción con garabatos. Que tienen q ponerme suero 30 minutos antes de la anestesia, intentan en una mano, pero yo, con mis retorcijones, la hago volar, vamos por la otra mano. Que parece q esto va muy rápido… Que filo con el suero, que el anestesiólogo tiene q hacer su pega ya! La enfermera dice q estoy jugándome la última oportunidad de tener anestesia… que no puedes moverte mientras te ponen la pequeña aguja en la espalda. Estoy sentada al borde de la cama y Pedro me contiene. Yo morada, resistiendo el dolor de una nueva contracción con el tipo enterrándome la espalda… Y splash, zapatos de Pedro con líquido. He roto la bolsa. Un grito. Que tengo ganas de pujar. En mi mente yo pienso q yo quiero anestesia, q lo decidí así, q no puedo de otra manera… Me acuesto, miro a una de las enfermeras con angustia y pregunto “Me alcanzaron a poner la epidural?” “No”. Grito “Mamaaaaaaaá”. No fue algo q yo quisiera así es q decidí no hacerme la valiente y grité peor q protagonista de teleserie venezolana. Mi papá a 20 mts trataba de pensar q no era yo la q oía. Una enfermera me decía q más despacio. Pedro firme al lado mío diciéndome que respirara. Cabeza afuera. Llegó la doc de turno, q era igual q Whoopi Goldberg, sacó el resto del cuerpo. Yo paré de sufrir, rápidamente cambié la actitud y recibí a Paz tranquila y feliz, segundos después de q Pedro cortara el cordón (antes cuando yo le preguntaba si lo haría, él decía q no, pero con todo lo q vio le pareció q eso no era nada…)
Tenía en mis brazos una niña preciosa. Igual a su hermano, pero sin el ceño fruncido, más blanquita y rellenita.
Fin de la teleserie.
Chistoso. No?
Lo siguiente es sólo para que lo sigan leyendo las personas sin problemas cardiacos...
Para que se rían de mí… Acá en U.S.A. un tema importante en el parto es si uno tiene el bebé con o sin anestesia. Yo soy valiente, pero no me gusta la tortura así es q siempre supe que quería un parto sin dolor. Con Pablo alcancé a sentirlo y me confirmó esta decisión. El punto fue que como con el primogénito me mandaron de vuelta al hospital porque fui muy pronto y como aun así desde que llegue hasta que nació Pablo estuve mucho rato… esta vez esperé hasta que consideré que el dolor ya me estaba molestando. Relájense. Llegue al hospital, me vieron con toda la calma del mundo… si estaba por buen camino… llegue más avanzada q la primera vez… nos felicitamos con Pedro… Me llevaron a mi habitación de espera y parto. A todo esto era más grande q las de la Clínica Las Condes, con TV, CD, Jacuzzi, pelotas gigantes y de todo para aplicar estrategias para aminorar el dolor o pasar el rato relajada con la epidural. Por supuesto q nosotros llevábamos de todo, incluido el último capítulo de Lost. Pero… las cosas empezaron a avanzar más rápido de lo esperado. Contracción con lágrimas. Contracción con garabatos. Que tienen q ponerme suero 30 minutos antes de la anestesia, intentan en una mano, pero yo, con mis retorcijones, la hago volar, vamos por la otra mano. Que parece q esto va muy rápido… Que filo con el suero, que el anestesiólogo tiene q hacer su pega ya! La enfermera dice q estoy jugándome la última oportunidad de tener anestesia… que no puedes moverte mientras te ponen la pequeña aguja en la espalda. Estoy sentada al borde de la cama y Pedro me contiene. Yo morada, resistiendo el dolor de una nueva contracción con el tipo enterrándome la espalda… Y splash, zapatos de Pedro con líquido. He roto la bolsa. Un grito. Que tengo ganas de pujar. En mi mente yo pienso q yo quiero anestesia, q lo decidí así, q no puedo de otra manera… Me acuesto, miro a una de las enfermeras con angustia y pregunto “Me alcanzaron a poner la epidural?” “No”. Grito “Mamaaaaaaaá”. No fue algo q yo quisiera así es q decidí no hacerme la valiente y grité peor q protagonista de teleserie venezolana. Mi papá a 20 mts trataba de pensar q no era yo la q oía. Una enfermera me decía q más despacio. Pedro firme al lado mío diciéndome que respirara. Cabeza afuera. Llegó la doc de turno, q era igual q Whoopi Goldberg, sacó el resto del cuerpo. Yo paré de sufrir, rápidamente cambié la actitud y recibí a Paz tranquila y feliz, segundos después de q Pedro cortara el cordón (antes cuando yo le preguntaba si lo haría, él decía q no, pero con todo lo q vio le pareció q eso no era nada…)
Tenía en mis brazos una niña preciosa. Igual a su hermano, pero sin el ceño fruncido, más blanquita y rellenita.
Fin de la teleserie.
Chistoso. No?
SU"
Extracto de la carta que envié a mi ex oficina
Si queremos dormir más de 3 horas seguidas... basta con ponerla cerca nuestro y a dormir!
Acá las hacen lulito igual que los indígenas.
Saliendo del Hospital...
Con Sebastián, María Paz y su amiga Catalina.
Evaluándose mutuamente...
Va a tomarse un rico chocolate a South Bend Chocolate Company...
Sale de paseo con sus amigas por la Villa...
Ah! La primavera…
